¿Por qué esto importa más de lo que creemos en diseño y comunicación visual?
Hace poco nos encontramos con un fenómeno visual que, aunque parece sacado de una clase de percepción óptica, tiene mucho que decirnos sobre diseño, branding y creación de contenido: la Ilusión Munker.
Tal vez ya has sido testigo de ello sin saber su nombre… imagina dos barras del mismo color pero parecen completamente distintas dependiendo de las franjas que las rodean. Lo interesante es que nuestro cerebro “interpreta” los colores según el contexto en el que los ve, y eso genera una diferencia abismal entre lo que es... y lo que percibimos.
Y sí, puede parecer solo una curiosidad visual, pero en realidad esta ilusión revela una verdad poderosa sobre la comunicación visual.
¿Qué es la Ilusión Munker?
La ilusión Munker ocurre cuando un objeto de un color (por ejemplo, una barra o círculo) se coloca sobre un fondo de franjas de colores contrastantes. Aunque todos los objetos sean del mismo color, nuestra mente los percibe distintos.
Es un claro ejemplo de cómo la percepción depende del entorno. Nuestro sistema visual toma atajos y hace suposiciones basadas en el “contexto”, y eso cambia por completo el resultado.
Lo que vemos no siempre es la realidad. Vemos lo que nuestro cerebro interpreta que está ahí.
¿Y qué tiene que ver esto con el contenido y el diseño?
Mucho. Porque aunque en marketing solemos hablar de “impacto visual”, pocas veces nos detenemos a pensar cómo se construye esa percepción. La ilusión Munker es un recordatorio de que el diseño no ocurre en el vacío, por eso todo lo que creamos es interpretado por las personas en función de su contexto visual, emocional y hasta cultural.
Un color no se ve igual si lo colocas sobre blanco o sobre negro. Un logo no transmite lo mismo si aparece junto a un contenido frío o uno emotivo. Una imagen no tiene el mismo impacto si está sola o si forma parte de una narrativa más grande.
Diseñar también es considerar el entorno
Cuando pensamos en impacto visual, solemos enfocarnos en elementos individuales: ¿es este color llamativo?, ¿esta tipografía es legible?, ¿esta imagen es poderosa?
Pero la ilusión Munker nos recuerda que el verdadero impacto ocurre en la interacción de los elementos. En cómo se combinan, se contrastan, se relacionan.
Y más aún: cómo los interpreta quien los ve.
Un llamado a diseñar con intención (y contexto)
No basta con hacer algo “bonito” o “moderno”. El diseño efectivo considera:
- La percepción del usuario
- El contexto donde verá el contenido
- Cómo interactúan los elementos visuales entre sí
- Qué emociones puede evocar esa composición
Un ejemplo que nos toca ver como agencia de marketing es que un arte puede pasar desapercibido si no considera su entorno, y otra mucho más sencilla puede generar conexión si está bien ubicada, tiene coherencia visual y se integra con la narrativa de marca.
Como conclusión, el diseño es más psicológico de lo que parece
La ilusión Munker es solo un ejemplo más de cómo la percepción no es objetiva. Y eso, lejos de ser un obstáculo, puede ser una ventaja creativa si lo entendemos y usamos a favor.
Diseñar no es solo “poner cosas bonitas”, es tener la sensibilidad de saber cómo se verán, cómo se sentirán y cómo serán interpretadas por quienes las reciben.
Porque sí: lo visual impacta, pero lo que deja huella es lo que se percibe con intención.
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