Objetivos bien definidos, decisiones más claras

Cuando se habla de “objetivos comerciales”, muchas empresas piensan automáticamente en metas de venta, porcentaje de crecimiento o número de clientes nuevos. Y sí, esos números son importantes, pero en Tándem creemos que un buen objetivo comercial es más que una cifra, es una declaración clara de hacia dónde quieres llevar tu negocio, y cómo ese camino se alinea con lo que eres como marca.

Porque no se trata solo de vender más, si no de vender con un propósito

Uno de los errores más comunes al definir objetivos comerciales es pensarlos de forma aislada. Como si pudieran trazarse sin tener en cuenta la identidad de la marca, la etapa en la que está el negocio, el tipo de público al que se dirige o incluso la capacidad operativa que se tiene en ese momento.

Definir un objetivo sin alinearlo con lo que tu marca representa puede llevarte a estrategias que no te representan, a inversiones mal enfocadas o a campañas que “suenan” bien, pero al final no conectan.

¿Qué sí debes considerar?

• Tu propósito de marca. ¿Qué estás construyendo a largo plazo? ¿Qué valor aportas al mercado?

• Tu posicionamiento actual. ¿Dónde estás parado hoy? ¿Qué percepción tiene tu público de ti?

• La etapa del negocio. No es lo mismo crecer en reconocimiento que buscar una conversión directa, cada etapa tiene objetivos distintos.

• Tu capacidad real. A veces buscamos crecer en ventas, pero no hemos optimizado procesos internos o atención al cliente (Eso puede jugar en contra).