
Antes de lanzar otra campaña, hablemos de estrategia
30 de junio de 2025Uno de los aspectos más valiosos (y a veces menos visibles) del marketing digital es el diseño estratégico de la experiencia de usuario, o UX. Porque una web no solo debe verse bien, también debe funcionar bien. Y eso, en muchos casos, hace la diferencia entre ocupar un espacio en internet o una verdadera herramienta de ventas.
Hoy queremos compartirles un poco de los casos que vemos en los proyectos de Tándem. Esas historias que nos recuerdan por qué es tan importante diseñar desde las necesidades reales del usuario… y del negocio.
La necesidad de transformar un sitio web en una herramienta realmente funcional
En el primer caso, nos encontramos con un cliente que no tenía claro lo que necesitaba. Sabía que era esencial tener un sitio web, pero no sabía por dónde empezar ni qué ajustes eran clave. A través de un proceso de análisis, conversación y acompañamiento, logramos estructurar un sitio alineado con sus objetivos y con una experiencia de usuario clara, funcional y orientada a resultados.
En el segundo caso, el cliente sí contaba con un sitio web activo, pero que no estaba generando resultados. “La gente entra, pero no pasa nada”. A partir de ese diagnóstico, trabajamos en una reestructuración total: desde la navegación hasta los llamados a la acción. El resultado fue un sitio que hoy forma parte activa de su proceso comercial, facilitando los seguimientos, mejorando la atención al cliente y, sobre todo, generando leads de valor.
¿El reto? entender lo que realmente necesitaban (aunque ellos mismos no lo tuvieran claro)
Como muchas veces sucede, el cliente tenía algunas ideas, pero no sabía exactamente qué necesitaba para mejorar su sitio. Nuestro trabajo comenzó escuchando, preguntando y entendiendo cómo funcionaba su negocio y cómo querían que funcionara a través del canal digital.
Mapeamos objetivos, analizamos su audiencia, revisamos métricas, exploramos la experiencia actual del usuario y detectamos puntos clave de fricción. A partir de ahí, re-planteamos todo el flujo del sitio, desde la estructura de navegación hasta los formularios, el tono de los textos, los llamados a la acción y el diseño visual.
El resultado: una web que funciona como parte activa del negocio
La transformación no fue solo estética, fue estratégica. Hoy, esos sitios se han convertido en una herramienta que realmente acompaña sus procesos de venta y atención. Los usuarios navegan con claridad, entienden los servicios, saben cómo contactarlos y sobre todo, lo hacen.
Y lo más satisfactorio es cuando el propio cliente nos comparte cómo los procesos internos han mejorado, cómo ahora es más fácil dar seguimiento a prospectos, o cómo han incrementado la cantidad de leads desde el formulario de contacto. Eso no se mide solo en clicks, se mide en confianza.
UX no es solo un diseño bonito. Es un diseño que resuelve.
Detrás de una buena experiencia de usuario hay estrategia, empatía, análisis y claridad de objetivos. Y sí, también diseño. Pero no como fin estético, sino como un medio para facilitar, guiar y convertir.
Si tu web se ve bien pero no te está ayudando a crecer, quizás no se trata de cambiar colores… sino de revisar la experiencia completa.
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